¿Y por qué no?

Verba volant, scripta manent.

domingo, 11 de diciembre de 2011

A veces las sonrisas duelen

Capítulo 3.

Él no se podía resignar a no verla más, por mucho que sus amigos le dijeran que se intentara olvidar de ella, que una persona como ella no podía amargarle pero él les dijo: no sé que me pasa con ella, he estado con más chicas más tiempo, he vivido más cosas con otras, he sido más cariñoso y mejor con otras pero ella fue diferente conmigo que el resto de la gente no me prometía un futuro, ni siquiera un presente simplemente estaba ahí cuando nadie más podía estar, quedar esas 4 tardes que quedé con ella fueron especiales hicimos lo que yo quise ella solo se reía decía que lo único que le importaba era pasar un rato agradable conmigo incluso hizo que una espera de media hora en una tienda fuera lo mejor que había hecho nunca, para mí es especial y por eso no quiero que se olvide de mí. - sus amigos lo miraron sorprendidos nunca antes se había puesto así con nadie, y después concluyó.- cometí el error más grande de mi vida al haber estado tanto tiempo agobiándola y pidiéndole que volviera conmigo.- Al decir esto se marchó. Hacía mas de dos semanas que no la había vuelto a verla y que no sabía nada de ella y decidió ir hasta su portal y estaba allí con un chico al verla con otro y feliz se le encogió el estómago y se echó a llorar.

Sus amigos no habían vuelvo a saber nada de él desde aquel día y un día decidieron llamarlo para dar una vuelta, lo fueron a buscar a casa y hicieron todo los posible para divertirse lo llevaron a un bar pero por desgracia, allí estaba ella con su mejor amiga. Ella fue corriendo como siempre, con una sonrisa de oreja a oreja en la cara, a saludarlos uno por uno incluido a él; les ofreció que se sentaran con ellos y así lo hicieron. Pasaron una tarde agradable entre risas y vaciles, luego a la hora de irse todos se quedaron cerca y ellos dos vivían más alejados del resto y entonces el recordó que una vez ella en vez de ir con él a casa se desvió de camino y se fue corriendo. Ella le pidió que la acompañara a casa que era bastante de noche y no le gustaba el ambiente de su calle él asintió el camino fue silencioso no decían nada, al llegar al portal ella le dió las gracias se inclinó hacia él y le dió un beso en la mejilla y entró, como siempre, de un salto al portal.
Él se prometió a sí mismo que la próxima vez que la viera le diría todo lo que siente.

1 comentario:

  1. Belén Rodríguez.11.12.11

    Que bonito Paula :) (tengo que comentar así por que perdí la contraseña del blog :S
    Un beso

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