Los juguetes de las personas.

Las personas se parecen un montón a los juguetes, puede parecer estúpido pero la verdad no lo es.

Los juguetes, cuando los tenemos por primera vez es lo más novedosos lo que llevábamos tiempo esperando, no nos separamos de ellos; siempre están en nuestras conversaciones, tan pronto podemos nos ponemos a jugar con ellos. Estamos así un tiempo, no los dejamos escapar siempre estamos con ello, ya que nos llama la atención con eso de que es nuevo. Y ¿cuándo creces o pasan de moda? Lo que pasa siempre que eso queda ahí, nunca volvemos a saber más nada de ellos; llegan incluso a formar parte de ese cúmulo de juguetes rotos o olvidados de tu habitación. Pero cuando vuelven a ponerse de moda buscas como un loco hasta encontrarlo y piensas en como has podido olvidarlo.

Lo mismo pasa con las personas, cuando alguien nuevo entra a formar parte de tu vida, estas siempre con ella, intentas hablar lo más posible, y descubrir cosas que no sabes de ella. Te puedes pasar mucho tiempo hablando con ella, hablándole a mucha gente sobre la persona a la que acabas de conocer, intentas que se quede impresionada, y consigas llegar a importarle. Pero cuando eso lo consigues, ¿qué pasa? Pues que nos aburrimos de esa persona, puede seguir o no estando ahí pero no de la misma manera, y cuando eso pasa nos damos cuenta que no nos esperábamos que eso fuera así y intentamos solucionarlo o bien volviendo a que todo sea como a antes o a descartarla de tu vida.

Tarde o temprano te das cuenta de tus errores, que la vida no te da la misma segunda oportunidad dos veces, es mejor aprovecharla de primera vez, que no de segunda, porque puede que todo salga al revés de cómo tú esperas.

El comienzo y el final.

Toda situación, todo acontecimiento tiene un comienzo. Muchas veces nunca llegamos a saber porqué todo esto empezó, ni por qué hacemos eso así o de otra manera. Llega un momento que todo nos puede parecer que es perfecto, que siempre va a ser así, pero vamos tomando decisiones a cada paso que damos y eso es lo que hace que muchas de las cosas salgan al revés de como nosotros queramos; pero eso no es motivo de hundirte, ni de sentirte mal con el mundo. Las cosas que no salen como queremos que sucedan porque después vendrá algo que nos ayudará a levantarnos a recuperarnos, lo que tenemos que saber es aprender a esperar a que llegue ese momento. Cuando algo sale mal, casi nunca sale así por algo en concreto si no por cuestiones en general en todo momento sabemos con nuestros actos que van a tener una consecuencia que puede que produzca el final de algo. Nunca nos podemos dejar abatir por algo así, ya que mañana puede que te salga todo perfecto; decimos muchas veces que hemos tenido un mal día, que nada ha salido bien y eso es mentira porque siempre hay algo que por un momento nos alegra. El final llega tarde o temprano llega, muchas veces es preferible que llegue antes aunque lo veamos desde otro punto de vista.
Pero sin duda el tramo más perfecto es el que transcurre desde ese comienzo de algo hasta ese final, descubres nuvas cosas, vas trazando nuevos caminos, vas eligiendo tu destino aunque parezca mentira. Muchas veces aunque no lo creeramos ver o creer sabemos de antemano lo que va a pasar y nos empeñamos en que no va a ser así y lo estropeamos todo.
Con cada paso se decide el futuro.