¿Y por qué no?

Verba volant, scripta manent.

jueves, 1 de octubre de 2015

Una bocanada de aire fresco

Y entonces llega, todo cambia y nada volverá a ser igual... a no ser que vuelva, esa oscuridad contra la que se llevaba luchando día a día.
Ha aparecido una luz y no sé sabe muy bien de dónde ha salido, cómo ha aparecido y cuánto pretende quedarse... Pero lo importante es que está y hay que aprovecharse de esos momentos de luz.
Cuándo ya no tienes más que explorar de la oscuridad y empiezas a aburrirte de esas tinieblas constantes, comienzas a pensar en qué pasó para acabar ahí, sumido en esa tristeza diaria de la que no das salido... Y lo peor llega cuándo nos damos cuenta de que fuimos nosotros mismos los que nos metimos ahí, por miedo, para intentar sentirnos más seguros pensando que así nada ni nadie nos haría daño nunca más... Pero, ¿cuándo te das cuenta de que de verdad ya no puedes seguir ahí abajo? Supongo que cuando miras a tu alededor y ves que ya no hay nadie dispuesto a ayudarte a salir de ahí, ya no hay nadie que te empuja día a día y te das cuenta de que tu mismo eres el que tiene que ser el motor que te ayude a salir a flote. Tu y solo tu eres esa luz que se necesita para sobrevivir, porque al fin y al cabo si no nos tenemos a uno mismo y no nos aguantamos, nadie lo va a hacer por nosotros.
Así que deja que entre es luz, abre las ventanas y déjate guiar por esa luz con melodía propia. Sé feliz, contigo, con tu gente, con desconocidos pero siempre tu felicidad por delante del resto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario