¿Y por qué no?

Verba volant, scripta manent.

lunes, 30 de enero de 2012

Un regalo inesperado.

Capítulo 7.

Lo primero que vio cuando abrió sus ojos fue su habitación revuelta, los cajones fuera el armario, la ropa tirada, las sillas por el suelo; se levantó asustada pensando que le podían haber robado, pero no había pasado eso ya que tenía todas las cosas de valor en su sitio. Intentó recordar lo que había pasado la noche anterior para poder saber que era lo que había pasado exactamente en su habitación. Poco a poco empezó a recordar como la mejor noche de su vida se convertía en una de las peores que le habían pasado nunca.

Salió del portal y allí estaba una pequeña cesta, en los brazos de su mejor amiga y detrás de ella todos los amigos que habían asistido a sus otros 18 cumpleaños. Con mucho cuidado cogió la cesta y retiró la manta que la cubría unos pequeños ojos negros se abrieron, su pequeña boca se fue abriendo poco a poco y emitió un leve ladrido, lo cogió en su colo y comenzó a saltar de alegría y decía: - Gracias, siempre sabéis lo que quiero. Todos empezaron a cantarle el cumpleaños mientras ella no apartaba los ojos de aquel ser que iba  a proporcionarle todas las alegrías que nadie más iba a hacer. Su mejor amiga sonrió y le dijo: - vamos no quiero que llegues tarde a tu fiesta. Le dio un beso en la mejilla y todos empezaron a meterse en los coches, él la cogió de la mano y la acompañó para que se metiera en su coche. Condujo al rededor de una hora hasta llegar a una casa en el medio de ningún lugar, era una casa como en la que siempre había querido vivir, con un porche y una mecedora, el exterior de la casa era de piedra, rodeada por miles de plantas. Se bajó del coche sin bajar al perro de sus brazos y entró a dentro, todo estaba decorado con figuras antiguas y con un montón de pequeños detalles de lugares a dónde ella siempre había soñado ir. La fiesta transcurrió sin ningún percance, todo era tan perfecto como ella siempre había soñado con sus amigos, su novio, con un montón de esos juegos infantiles con los que de pequeña se sentía feliz. Llegó el momento de la tarta y de los regalos, mientras le cantaban el cumpleaños ella pensaba que ya tenía todo lo que quería y que lo único que no quería no lo podía conseguir, a su padre, entonces en el momento de pedir el deseo simplemente sopló sin pedir deseo ni nada. Recibió los regalos, todos ellos eran detalles para su nuevo amigo desde una cama hasta un comedero, su novio y su mejor amiga le hicieron un regalo más especial un collar que siempre había querido. Empezó a dar abrazos a todo el mundo y a dar las gracias por estar ahí, mientras todos estaban bailando y pasándoselo bien ella fue a ver como estaba su nuevo amigo. Su sorpresa fue cuando entró en la habitación y se encontró a su novio con su mejor amiga, no pudo articular palabra simplemente cogió al cachorro y se marchó dando un portazo. Ellos corrían detrás de ella diciéndole que lo sentían pero que no habían podido resistir la tentación. Ella no contestaba cogió una bicicleta que había fuera y se montó en ella colocando al perro en la cesta, tenía la mente en blanco no quería pensar en nada más. Después de 3 horas dando pedal sin parar consiguió ver su casa, se metió en el portal y al entrar en su habitación comenzó a quitar toda la ropa que tenia de alguno de ellos y a romper las cosas que algún día significaron algo sobre esas personas. Se tiró en cama y se echó a llorar, al cabo de una hora llorando se quedó dormida.

No sabía que hacer, pensaba que todo aquello era una simple pesadilla pero cuando encendió el móvil y vio las llamadas perdidas de ellos y los mensajes supo que no era un sueño, simplemente era la realidad. Fue a junto su madre y le dijo: - Mamá, necesito irme lejos, tengo dinero ahorrado me voy a Alemania, por favor no le digas a nadie a dónde he ido. Su madre asintió y le dio un abrazo. Preparó la maleta con alguna ropa, cogió a su pequeño cachorro y le pidió a su madre que la llevara al aeropuerto. Una vez en el aeropuerto, con los billetes en la mano y con el perro en la cesta la madre le preguntó: - ¿Pequeña, cuándo vas a volver? Ella le respondió: - No lo sé, pero te prometo que cuando pueda vuelvo, pero no creo que sea capaz de seguir viviendo en esta ciudad, cada esquina me trae un mal recuerdo, solo quiero empezar una nueva vida lejos de aquí. Le dio un beso en la mejilla y se metió en el avión camino hacia una nueva vida con su único verdadero amigo.

1 comentario:

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